”Lo que hasta hace unos años podía sonar a utopía, hoy es tan real que ya no caben dudas de que el futuro se encamina hacia los motores híbridos…”

 

Definitivamente, el camino hacia la electromovilidad es una realidad por hoy evidente yendo en ese sentido y en consecuencia, las motorizaciones convencionales serán eliminadas por las nuevas tecnologías.

En ese sentido, vale recordar que el pionero en la materia fue Toyota con el Prius; aquel que fue presentado allá por el 2009 y que por muchos años fue la única opción, con la lógica desconfianza de los consumidores de entonces.

Digamos que los eléctricos, es una de las alternativas que van ganando terreno a nivel mundial, pero primero es bueno establecer las diferencias entre los híbridos convencionales y los enchufables.

Los vehículos híbridos comunes (HEV, por Hybrid Electric Vehicle) cuentan con un motor a combustión interna que se combina con otro eléctrico.

En este tipo de móviles, la recarga de los acumuladores se produce gracias al trabajo del motor convencional y también cuando se frena o se desacelera (planeo), ya que cuentan con sistemas que convierten la potencia que se pierde en esas acciones en energía pura que se transporta hasta las baterías mediante un inversor. Sin duda, un verdadero golpe de la tecnología, por sobre los eléctricos puros, donde las autonomías son algo limitadas y el tiempo de carga es exasperante.

Los híbridos “plug-in” o enchufables (PHEV, por Plug-In Hybrid Electric Vehicle) tienen la misma configuración mecánica que los HEV, pero la diferencia está en que la batería se puede recargar, además, conectando el auto mediante un cable especialmente diseñado a una estación de carga o un tomacorriente hogareño cuando el vehículo no se utiliza. La ventaja de esta variante es que permite comenzar los viajes con la batería al 100%.

Claro está, que si bien hasta el momento nadie habla de en cuanto se incrementará la cuenta de la electricidad, este tipo de motorización se encuentra a la vanguardia en materia de ventas…